En la noche del viernes 14 de febrero, varias familias del barrio Lagos de Torca, situado en el norte de la capital, vivieron en una gran pesadilla. Un grupo de cerca de diez individuos, según narran las víctimas, se hicieron pasar por guardas de seguridad para entrar a tres viviendas y robar las pertenencias de aquellas familias que recientemente se instalaban en este nuevo barrio de la ciudad colombiana.
“A mí me timbraron. Me dijeron que había un tubo roto en el apartamento y que se estaba inundando la edificación. Yo me asomé por el ojito de la puerta. Cuando vi a un guarda con la chaqueta, pues, abrí confiadamente”, fue lo que dijo una de las víctimas, quien narró lo que escuchó en instantes antes de que, al abrir su puerta, alrededor de unos diez sujetos se abalanzaran contra ella.
Una vez adentro, los delincuentes ataron a la mujer y a su hija de pies y manos. Las dejaron en la zona del lavadero mientras comenzaban a sacar todos los elementos de valor de la vivienda. Mientras tanto, uno de los ladrones, quien las vigilaba, les solicitaba datos sobre sus cuentas bancarias y contraseñas para acceder a sus dispositivos electrónicos y sacar todo el dinero.
“Cuando me fueron a empujar yo cerré la puerta, pero no pude porque eran como diez individuos. Me empujaron, me tiraron al piso y nos encañonaron a mi hija y a mí. De ahí nos llevaron al lavadero, nos amordazaron, nos pusieron una pistola en la cabeza y un cuchillo en la cara”, dijo la afectada, quien optó por no revelar su identidad.
Los ladrones emplearon todo tipo de artefactos dentro de la vivienda para inmovilizar a las mujeres. Les pusieron una cinta en la boca y, utilizando medias y las correas de sus mascotas, las dejaron inmóviles por más de dos horas. Destendieron camas, vaciaron armarios y hasta se llevaron algunos electrodomésticos. La cifra de lo robado, afirma la mujer, asciende a los 100 millones de pesos.
“Nos pidieron dinero, nos pidieron las claves de las cuentas bancarias y las claves de Nequi. Nos robaron una plata que yo tenía guardada en el armario, las joyas, electrodomésticos y nos maltrataron”, dice la mujer, quien sostiene que los delincuentes habían analizado muy bien a su familia, pues esperaban a uno de sus hijos para quitarle el vehículo.
De la misma forma y con estrategias similares, los ladrones ingresaron a otras dos viviendas del mismo conjunto residencial, en el que solo viven cerca de doce familias al seguir en construcción. Las familias afectadas piden el apoyo de la Alcaldía Mayor de Bogotá y del alcalde Carlos Fernando Galán para dar paradero con los delincuentes y disminuir la inseguridad en el lugar.