• 9 abril, 2025 7:56 am

La tribuna de las regiones

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Tres aves silvestres que eran usadas como mascotas fueron rescatadas en distintos puntos de Bogotá.

En una nueva operación contra el tráfico de fauna silvestre en la capital de Colombia, la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) y la Policía Ambiental lograron recuperar tres ejemplares de aves que eran empleadas ilegalmente en cautiverio o usadas como mascotas.

Se trata de un búho ocelado (Strix albitarsis), una lora cabeciamarilla (Amazona ochrocephala) y un polluelo de guacamaya bandera (Ara macao), especies que, en su estado natural, desempeñan un papel importante en los ecosistemas nacionales.

Las incautaciones se llevaron a cabo en diferentes puntos de la capital: el búho fue encontrado en una vivienda en la localidad de Usme, la lora en Ciudad Bolívar y la guacamaya en la Terminal de Transporte del Salitre, donde las autoridades capturaron a una persona por intentar movilizar al ave sin las licencias legales.

Todas las especies fueron trasladadas de inmediato al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Flora y Fauna Silvestre, donde serán analizadas para determinar si pueden regresar a su hábitat natural.

Este caso pone nuevamente sobre la mesa el problema del tráfico de fauna silvestre en el país, un delito ambiental que no solo afecta la biodiversidad de Colombia, sino que también puede acarrear sanciones drásticas, incluyendo penas de prisión de hasta 11 años y multas que pueden superar hasta los 56 mil millones de pesos.

Cabe destacar que el tráfico y la tenencia ilegal de animales silvestres es una de las principales amenazas para la fauna nacional. Bogotá, a pesar de ser un entorno urbano, es un punto principal en la ruta de tráfico de animales, ya que muchas de ellas provienen de la selva de la Amazonia, los Llanos Orientales y la zona del Chocó. Según la Secretaría de Ambiente, cada año se recuperan en la ciudad entre 1.500 y 2.000 especies víctimas de comercio ilegal.

Las aves exóticas, especialmente loros, guacamayas y búhos, están entre las especies más traficados. Muchas personas las compran como mascotas, desconociendo el daño que les causan al sacarlas de su entorno natural. En cautiverio, estas especies sufren de estrés, desnutrición y enfermedades, y en muchos casos su rehabilitación se complica debido a que pierden sus instintos de supervivencia.

Cada uno de los animales recuperados en este operativo es emblemática y cumple funciones ecológicas fundamentales:

Búho ocelado también llamado El cárabo Patiblanco (Strix albitarsis): Esta ave rapaz es un depredador nocturno que ayuda a controlar poblaciones de roedores e insectos. Su presencia en entornos urbanos es rara, y su tenencia en cautiverio puede afectar sus habilidades de caza. Su hábitat natural son los bosques húmedos y matorrales de algunos países andinos.

Lora cabeciamarilla (Amazona ochrocephala): Es una de las especies de loro más traficadas en el país debido a su llamativo color y su capacidad para imitar sonidos humanos. No obstante, su captura ha disminuido drásticamente sus poblaciones en la naturaleza.

Guacamaya bandera o también llamado Guacamayo Real (Ara macao): Su imponente plumaje rojo, azul y amarillo la convierte en una de las aves más apetecidas por el comercio ilegal. Esta ave es vital para la dispersión de semillas en los bosques tropicales, ayudando a mantener el equilibrio ecológico. En Colombia se le conoce como Arará.

En Colombia, el tráfico de fauna está tipificado como un delito en la Ley 2111 de 2021. Quienes sean sorprendidos, transportando, comercializando o teniendo en su poder animales silvestres sin autorización pueden enfrentar penas de prisión de entre 5 y 11 años, además de multas que van desde 300 hasta los 40.000 salarios mínimos mensuales legales vigentes.

Las autoridades han enfatizado la importancia de denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el tráfico de especies. La Secretaría de Ambiente ha habilitado líneas telefónicas y un correo electrónico para recibir reportes de ciudadanos que identifiquen casos similares.

Frente a esto, la secretaria de Ambiente encargada, Claudia Galvis, dice que las especies silvestres deben vivir en su hábitat natural y que la colaboración de la ciudadanía es fundamental para combatir el tráfico ilegal.

“Las especies silvestres deben estar libres y en su hábitat correspondiente. En la Secretaría de Ambiente combatimos activamente el tráfico ilegal de animales silvestres, en defensa de nuestra biodiversidad. El apoyo de la ciudadanía es fundamental para identificar este tipo de prácticas ilegales que afectan nuestros ecosistemas”, manifestó.

Si bien los operativos y las sanciones buscan disminuir el problema, el cambio cultural también juega un papel fundamental. La idea de tener un loro, una guacamaya o cualquier otra especie silvestre como mascota sigue estando arraigada en algunas zonas del país, lo que impulsa el mercado negro de estos animales.

Las autoridades recomiendan no comprar ni aceptar especies silvestres como obsequio, denunciar cualquier actividad sospechosa y sensibilizar a la comunidad en general sobre la importancia de respetar la vida silvestre.

Si tiene información sobre tráfico de animales, puede comunicarse con la Secretaría de Ambiente a las líneas telefónicas 601 3778854, 318 8277733 y 317 4276828 o escribir al correo fauna@ambientebogota.gov.co. El tráfico de la fauna colombiana no solo es un delito, sino una amenaza directa para el equilibrio ambiental de Colombia.

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