• 7 abril, 2025 1:36 pm

La tribuna de las regiones

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Testimonios de colombianas que sobrevivieron al terremoto de magnitud 7,7 de la escala de Richter en Birmania y Tailandia.

El terremoto ocurrido este viernes 28 de marzo en Birmania de magnitud 7,7 de la escala de Richter, ha causado -por el momento- 144 muertos, al menos 732 heridos y decenas más desaparecidos. El sismo también se dejó sentir con intensidad en la ciudad de Bangkok, en Tailandia. El temblor se registró a las 12:50 hora local en Birmania, 6:20 GMT, según el USGS, que mide la actividad sísmica a nivel mundial y sucedió a 10 kilómetros de profundidad, con epicentro cercano a cerca al lago Yay Hkar Innn, a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad de Birmania, que tiene 1,2 millones de habitantes y está 270 kilómetros al norte de la capital, Naipyidó.

Las fuerzas armadas que detentan el poder en Birmania han declarado el estado de emergencia en seis lugares del país: Sagaing, Mandalay, Magway, el noreste del estado de Shan, Naipyidó y Bago. Amnistía Internacional, por su parte, ha recordado que en Birmania hay más de tres millones de desplazados y le ha pedido al Ejército que permita el acceso sin problemas a todas las organizaciones humanitarias.

La primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, también ha declarado la emergencia en su capital Bangkok, donde se han evacuado varias edificaciones residenciales y oficinas.

Son muchos los testimonios que se han conocido con el paso de las horas de los momentos de pánico que se vivieron durante el siniestro. Muchos de estos sobre los heridos. Por ejemplo, cuerpos ensangrentados y retorciéndose de dolor yacen en el suelo, por falta de espacio, delante de las urgencias de un hospital de la capital birmana de Naipyidó. “Es un sitio reservado a las numerosas víctimas”, declaró un responsable de este establecimiento, que cuenta con unas mil camas, pidiendo a los periodistas que se alejen de la zona.

Algunos heridos, con sangre y cubiertos de polvo, llegaron en vehículos, otros en camionetas o en camilla. “Están llegando bastante heridos”, relata un médico, admitiendo estar agotado. “Nunca vi nada parecido. Estamos intentando manejar la crisis”.

Algunos de los afectados gritan y se retuercen de dolor, otros todavía parecen inconscientes, en estado de shock, con vías intravenosas en los brazos. Sus seres queridos intentan consolarlos. Aquellos que esperan a ser atendidos, sentados y con aspecto demacrado, ponen la cabeza entre las manos. Dentro del hospital, la gente corre en todas direcciones. Unos lloran, otros tiemblan mientras intentan de manera desesperada contactar con sus familiares para asegurarse de que están vivos y a salvo.

También se han conocido los testimonios de quienes sobrevivieron al terremoto. Es el caso de dos mujeres colombianas que manifestó sobre los preocupantes segundos que vivieron durante el terremoto.

“Siento que es la primera vez que se vive en Tailandia algo así, y eso hizo que muchas personas no estuvieran preparadas”, dice Milena Ariza, una mujer colombiana que reside en Tailandia y quien vivió el temblor mientras se movilizaba en una motocicleta. Notó que la gente estaba saliendo de las edificaciones, que los cables de los postes se movían y que las calles de la ciudad se tambaleaban. “Las personas salieron en masa de todos los edificios, que son rascacielos de 30 o 40 pisos aproximadamente. Hay condominios unidos por puentes que están averiados. Las edificaciones se veían prácticamente cayéndose”.

Milena, tras el terremoto en Tailandia, pasó la noche en un hotel, pues la edificación donde reside tuvo afectaciones estructurales. “Visiblemente, no se ven grietas, pero en la edificación el piso está abierto y muchos apartamentos están inundados porque el agua de la piscina se rebosó”.

También habló con una ciudadana ecuatoriana y una colombiana en la ciudad de Bangkok, quienes están en el punto donde un edificio en construcción de más de 30 pisos se desplomó y al menos 80 obreros que trabajan allí quedaron atrapados en los escombros, un amasijo de hierros y restos de bloques de cemento.

“La gente gritaba alrededor tratando de salir, se cayó un pedazo de techo de la habitación, le mandé un mensaje a mi esposo diciéndole cuánto lo amaba, pensé que no iba a sobrevivir, solo escuchaba gritos”, manifestó Denisse Molina, periodista ecuatoriana que estaba en un piso 29 de un hotel en la capital tailandesa de Bangkok.

Por su parte, Milena Tatis, colombiana residente en Tailandia, relató: “Me encontraba en mi habitación, en el piso 12, y comenzó a temblar. Me puse debajo de una mesa y esperé. Llamé a mi familia, nerviosa, y cuando se detuvo el temblor salí corriendo y bajé. Estaba preocupada porque tenemos a varios amigos con nosotros en pisos más elevados, muchos de ellos son mayores de edad y no hablan inglés. Les mandé un mensaje, nos reencontramos abajo y nos dimos abrazos”.

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