La situación de Nueva EPS, la aseguradora de salud más grande de Colombia, sigue destapando inconsistencias de gran magnitud. El superintendente nacional de Salud, Giovanny Rubiano, reiteró que “el desastre de Nueva EPS no es nuevo” y que su administración compulsó copias desde diciembre del año pasado sobre la omisión deliberada de pasivos en los balances financieros de la entidad estatal.
La crisis fue confirmada por la Contraloría General de la Nación, que encontró 22,7 millones de facturas sin procesar por un valor de $22,1 billones, de las cuales 9,1 millones corresponden a registros repetidos. Este hallazgo refuerza la necesidad de un análisis a fondo sobre el manejo de los recursos en la EPS.
Ante este panorama, la Superintendencia de Salud anunció tres medidas principales: una auditoría forense internacional que revisará las cuentas médicas entre el periodo 2019 y 2025; una auditoría de cuentas para especificar el flujo de recursos desde la UPC hasta los prestadores; y la estabilización y regularización de giros tanto a la red pública como privada.
“El reto de establecer la EPS no es fácil, pero solo con un estudio correcto podremos encontrar las salidas. La auditoría forense permitirá aclarar el destino de los recursos y establecer responsabilidades”, dijo Rubiano, quien recordó que los hallazgos previos ya habían evidenciado pagos sistemáticos a IPS propias y falta de transparencia en la administración.
Con más de 11 millones de afiliados a nivel nacional, la crisis de Nueva EPS se ha convertido en uno de los mayores desafíos para el sistema de salud en el país.