Aunque el papa Francisco sigue mejorando en su condición de salud, en la misa del próximo Domingo de Ramos, que comienza oficialmente la Semana Santa, será reemplazado por el cardenal argentino Leonardo Sandri, según anunció ayer viernes 11 de abril la Sala de Prensa del Vaticano.
No se descarta, la presencia del sumo pontífice, que en los últimos días demostró su voluntad de salir de su encierro y de volver a estar junto a su grey, aunque sea en forma limitada, de darse los estados meteorológicos y de salud en ese momento. Prueba de su mejoría fue su imprevista salida de este viernes a la Basílica de San Pedro, y su encuentro privado con los reyes británicos del pasado miércoles.
Vicedecano del colegio cardenalicio y prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales, de 81 años, Sandri, que conoce a Jorge Bergoglio más conocido como el Papa Francisco desde su época de adolescencia, ya había sido delegado por el sumo pontífice para celebrar la misa de Ramos en abril de 2023.
Entonces el Papa Francisco también estaba convaleciente, pero de algo menos grave: una bronquitis infecciosa que lo obligó a internarse en el Hospital de Gemelli en Roma, pero solamente por tres días. La última vez la hospitalización, la más larga del pontificado y en la que padeció una difícil neumonía bilateral, duró más de cinco semanas, en las que dos veces el sumo pontífice estuvo al borde de la muerte.

“El Domingo de Ramos la eucaristía será celebrada por el cardenal Sandri, que recibió el encargo papal”, anunció Matteo Bruni, director de la Sala de Prensa del Vaticano. Ante la pregunta de si estará presente el Papa Francisco, que el domingo pasado imprevistamente reapareció al final de la eucaristía por el Jubileo de los Enfermos, Bruni prefirió “no hacer previsiones”.
Todo depende de los estados meteorológicos y, además, de cómo se siente el sumo pontífice, que en las últimas dos semanas de convalecencia tuvo graduales mejorías tanto a nivel respiratorio, como motriz, gracias a los ejercicios de fisioterapia que sigue haciendo todos los días.
“El sumo pontífice continúa con su proceso de convalecencia regularmente, el hecho de la convalecencia no significa que no pueda salir”, dijo Bruni, que destacó que “al mismo tiempo hay claramente mejorías que se han podido notar con las salidas de los últimos días”.
Aludió, así, a las salidas del domingo pasado en la Plaza de San Pedro del Vaticano y a la del jueves en la Basílica, cuando el sumo pontífice, con sus cánulas nasales puestas en las dos ocasiones, de repente apareció entre los fieles católicos.
Lo que más sorprendió la segunda vez fue el hecho de que no estuviera vestido de sumo pontífice: según imágenes que dieron la vuelta al nivel mundial, estaba sin el hábito talar blanco, sin solideo, sino que portaba una ruana o poncho, una camiseta blanca y sus pantalones negros de cura.
La Sala de Prensa de la Santa Sede, evidentemente incómoda con las imágenes -que escandalizaron a algunos porque nunca se había visto al sumo pontífice vestido así, de civil, en público, aunque elogiadas al mismo tiempo por la humanidad de un papa frágil, auténtico y “normal”-, evitó dar demasiados detalles al respecto.
“El sumo pontífice estaba dando un paseo adentro de Santa Marta y decidió extenderlo, y pidió ir a rezar a la Basílica”, explicaron. “A veces las cosas nacen del deseo del sumo pontífice de hacer sorpresas y nos sorprenden también a nosotros”, comentaron. Destacaron, por otro lado, que el exarzobispo de Buenos Aires #estaba contento de encontrar fieles católicos”.
En otra confirmación de las graduales mejoras del sumo pontífice -que fue dado de alta protegida el pasado domingo 23 de marzo pasado y a quien le prescribieron al menos dos meses de convalecencia-, la Sala de Prensa del Vaticano subrayó que tiene “períodos extendidos sin necesidad de empleo de oxígeno” y que los “altos flujos los usa residualmente y con fines terapéuticos”.
De hecho, hicieron notar, durante el breve encuentro que tuvo con el rey Carlos y la reina Camilla el miércoles pasado por la tarde, estaba sin oxígeno, como también pudo verse en la imagen difundida al día siguiente.
Es el fiel reflejo de que está mejor -y estacionario en cuanto a los aspectos clínicos-, en los últimos días retomó sus encuentros de rutina con altos funcionarios de la curia.
Bruni indicó que recibió en su suite del segundo piso de la residencia de Santa Marta, donde reside, al sustituto de la Secretaría de Estado, el venezolano Edgar Peña Parra; al “canciller”, el británico Paul Gallagher, y al monseñor el italiano Luciano Russo, el referente de los nuncios, es decir, de los embajadores de la Santa Sede a nivel mundial.
Además, a otros jefes de dicasterios y prefectos. Trascendió, además, que retomó su costumbre de llamar por teléfono porque también gradualmente, gracias a la fisioterapia, recuperó la voz y sigue de muy buen humor.