Después de dos días de cónclave en la Santa sede y la frase citada por el cardenal francés Dominique Mamberti “habemus papam”, salió al balcón de la Basílica de San Pedro, dió a conocer al mundo entero el sucesor de Francisco: Robert Prevost y su nombre de pontificado “León XIV”.
Desde uno de los balcones de la ciudad del Vaticano se anunció el nombre del nuevo sumo pontífice. Se trata del cardenal Robert Prevost, quien fue presentado por el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, con la célebre frase en latín: “Habemus papam”. Posteriormente, los miles de católicos estallaron en aplausos y vítores para el Papa.

El nombre del nuevo sumo pontífice es León XIV. Prevost es de Estados Unidos, ascendencia peruana y tiene 69 años de edad. Nació en Chicago y se convirtió en 2023 en el prefecto del poderoso Dicasterio para los Obispos, encargado de nombrar a los mitrados a nivel mundial. Prevost fue misionero en Perú, y años después fue nombrado arzobispo-obispo emérito de Chiclayo, en el país de los Andes. También es el presidente de la Pontificia Comisión para Latinoamérica.
La elección del sucesor del Papa Francisco ocurrió este jueves 8 de mayo tras dos días de cónclave. Se conoció que fue en la cuarta votación de este día cuando se llegó al consenso. El humo blanco salió de la Capilla Sixtina a las 11:07 a.m. hora colombiana (6:07 p.m. hora del vaticano). En ese momento, miles de católicos. Estallaron de júbilo y se agolparon al balcón para esperar que se pronunciara el nombre del nuevo obispo de Roma.

Purpurados estadounidenses es quien tenía mayores posibilidades por su inclinación pastoral, perspectiva global y capacidad para gobernar la curia vaticana, según los expertos del tema. Cuenta con una reputación de moderado y de constructor de puentes, podría además ser crucial en un momento en que la Iglesia Catolicismo aparece muy dividida.
El nuevo sumo pontífice será el líder espiritual de 1.400 millones de fieles a nivel mundial y el pontífice número 267 de la historia del catolicismo, con la tarea de sucesor de Francisco, el primer pontífice latinoamericano, y afrontar los retos que la iglesia tiene por estos años. La fumata blanca pilló por sorpresa a los miles de asistentes, que se mostraron exultantes, empezando a aplaudir y a gritar la famosa fase latina “Habemus Papam” mientras ondeaban las banderas de muchos países.
El nuevo papa León XIV dedicó unas palabras en español en su primera aparición a nivel mundial como sumo pontífice para recordar a su “querida” diócesis de Chiclayo, en Perú. “Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”, manifestó el recién elegido sumo pontífice.
Sobre Perú, dijo el nuevo papa, que es un país “donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”. Sus manifestaciones suscitaron una gran ovación entre las decenas de miles de católicos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, entre los que entre los que podían verse muchas banderas de países sudamericanos.
También se conoció que, como es tradición, el nuevo sumo pontífice se trasladó de la Capilla Sixtina a la llamada Sala de las Lágrimas, con objeto de vestirse para presentarse a nivel mundial en el balcón de la basílica de la Plaza de San Pedro. Todas estas etapas hacen parte del ritual de elección del nuevo papa. Para llegar a ese cargo, además, tuvo que lograr al menos dos tercios de los votos de los 133 cardenales electores (que son 89 en su totalidad) y tras ese recuento, aceptó el cargo y decidió con qué nombre llamarse.
La habitación es conocida también como la Sala de las Lágrimas debido a que históricamente es el lugar donde el elegido permanece tranquilo un momento y, eventualmente, reza y llora para desahogar la tensión acumulada. En este lugar, además, hay tres hábitos prolongados o sotanas de color blanco de diferente tamaño en función de la altura del elegido, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, una muceta o esclavina de color púrpura y una estola morada con decoración de tonalidad dorada.
La Capilla Sixtina del Vaticano se celebró desde ayer miércoles 7 de mayo, en la cual comenzó el cónclave en el cual 133 cardenales, totalmente aislados del exterior, buscaron al sucesor del papa Francisco, con una determinación que marcaba la dirección del catolicismo durante los próximos años. Este encuentro fue el más concurrido y heterogéneo de la historia de la iglesia, pues los electores llegaron de los más insospechados rincones del planeta tierra, fruto de los intentos de Francisco por “descentralizar” la Iglesia y restar su costumbre tracción europea.
Como era de esperarse, el proceso del cónclave transcurrió con secretismo, entre una enorme atención mediática, y cada uno de los cardenales purpurados juraron, so pena de excomunión, no revelar nada de lo que ocurrió bajo las bóvedas y los frescos de la Capilla Sixtina de la Santa Sede.
Esta elección se dio luego de la muerte del Papa Francisco a los 88 años de edad el pasado lunes 21 de abril. Posteriormente, vinieron nueve días de luto y que en esta ocasión terminaron el pasado domingo 4 de mayo.
Tras la fumata blanca, las reacciones al anuncio empezaron a llegar. De hecho, el secretario general de la ONU, António Guterres, felicitó a los fieles a nivel mundial por la elección del nuevo pontífice. “La Organización de las Naciones Unidas espera con ilusión trabajar con el nuevo papa”, dijo además el portavoz adjunto del secretario general, Farhan Haq, en rueda de prensa.
