Una situación crítica vivieron en los últimos días miles de pacientes del país a causa del atraso y escasez de medicamentos vitales en los dispensarios de Empresas Promotoras de Salud intervenidas por el Gobierno Nacional, principalmente en el caso de la Nueva EPS.
Y la crisis se agravó este martes 18 de marzo luego de que el presidente de la República, Gustavo Petro, en un polémico pronunciamiento, pidiera allanar las bodegas de las principales empresas farmacéuticas de Colombia.
La situación más dramática se vivió en la ciudad de Cali, donde Disfarma, único dispensario para la entrega de medicamentos, se colapsó con las filas de los pacientes. Allí, el tema escaló hasta el punto que unas cuatro mil personas decidieron “acampar” y quedarse a dormir en ese lugar con tal de asegurar los primeros puestos de atención al público.
Algo similar sucedió en la capital Bogotá, en la sede del dispensario Audifarma, en el barrio Restrepo, en el sur de la ciudad. Allí, desde las primeras horas de la madrugada, cientos de pacientes, muchos de ellos de avanzada edad, buscaban que su EPS les entregara desde una crema para una alergia hasta un medicamento para dolencias cardiacas.
Allí unas cuatrocientas personas decidieron “acampar” y quedarse a dormir en ese sitio con tal de asegurar los primeros puestos de atención al público. Algo similar pasó en Bogotá, en la sede del dispensario Audifarma, en el barrio Restrepo, en el sur de Bogotá.
En ese sitio las filas comenzaron a las 4:30 de la madrugada aproximadamente. Ariel Ruiz, de 77 años, tuvo que transportarse desde la localidad de Rafael Uribe hasta Antonio Nariño a buscar Salbutamol para el asma, pero no lo encontró. “Esta fórmula se me vence pronto, si no encuentro el medicamento, me tocará comprarlo por mi propia cuenta o renovar la fórmula, es decir, otro trámite”, dijo.
Jenny Molina, por su parte, hizo una larga fila dos horas y cuando llegó a la ventanilla le dijeron lo mismo que en el acaso de Ariel Ruíz: “no hay, vuelva la próxima semana”. “He venido cuatro veces este mes. Vengo por quince medicamentos y me dicen que no hay ninguno, me proponen que me los llevan a la casa, pero no me gusta porque llegan incompletos”, manifestó.
Y mientras los pacientes esperan, la controversia no se detiene. El presidente de la República Gustavo Petro, este viernes 21 de marzo, responsabilizó directamente a las empresas farmacéuticas de la escasez de medicamentos. En un controversial pronunciamiento, le pidió a la Superintendencia de Salud que “donde se detecten bodegas llenas de medicamentos que no entregan a la población (…) se allanen. El Ejército y la Policía Nacional tienen que estar disponibles”.
El jefe de Estado manifestó que probablemente por esta orden se señale a su Gobierno Nacional que “es una dictadura”. No obstante, dijo que “es la ley de la República. Lo que pasa es que no se ha empleado”.
El pronunciamiento fue cuestionado, entre otros, por la propia fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, quien deslegitimó estas facultades del Presidente de la República y, durante un evento de rendición de cuentas de la entidad, dice que desde hace años tienen abierta una línea de investigación sobre el sector de la salud.
Agregó que el Código de Procedimiento Penal, el allanamiento solo puede ser tramitado por la Fiscalía general de la Nación y ordenado por un juez de la República para dos fines: obtener evidencias o capturar a un indiciado.
Por su parte, Fenalco, como vocero de los cerca de cien gestores farmacéuticos registrados ante Superintendencia de Salud, emitió un comunicado donde dio su versión de lo ocurrido.
Según su presidente Jaime Alberto Cabal, la falta de entrega de medicamentos obedece a “la deuda acumulada del sistema”, que, señala “hoy es cercana a los cuatro billones de pesos, con una mora que supera los seiscientos días, lo cual afecta el flujo de caja y los recursos disponibles para la adquisición de medicamentos”. Adicionó que a eso se suman las demoras en los trámites ante el Invima, escasez de algunas materias primas, problemas debido a los recientes paros a nivel nacional y regulación de precios.
“Como consecuencia de lo anterior, en el mercado se han dejado de comercializar algunos medicamentos. Cabe destacar que el inventario de medicamentos es comprado con capital de trabajo propio de cada uno de dichos dispensarios, y los mismos se facturan al sistema una vez son dispensados a los pacientes”.
